Presentamos algunos fragmentos de la carta escrita por el Señor Arzobispo de Medellín, Ricardo Tobón Restrepo acerca de la jornada de las Misiones
Somos responsables de que el Evangelio llegue hasta los confines del mundo.Si no sentimos esta necesidad y nos contentamos con lo que vivimos y hacemos en nuestro medio,demostramos que todavía no hemos comprendido lo que significa ser cristiano. La Misión es el índice exacto de nuestra fe en Cristo y en su amor por nosotros(cf RM 11).
Hay dos razones que hoy deben motivarnos aun mas para vivir con entusiasmo esta jornada.La primera, que América Latina ha entrado en un proceso de nueva evangelización para formarnos a todos como discípulos misioneros de Cristo. La segunda razón es que nos estamos viendo sumergidos, poco a poco en las corrientes de un mundo que, en nombre de la libertad, de la diversidad y de la autonomía, quisiera sacar a Dios de la vida publica, reducir la religión a una devoción personal y ofuscar la comprensión de la Iglesia y de su misión.
Todo esto nos llama a que no caigamos en la tentación de reducir la vida de fe a una cuestión de simple sentimiento, debilitando así su poder para inspirar una visión coherente de la persona y del mundo, y para motivar un dialogo constructivo con otras muchas visiones que compiten para conquistar las mentes y los corazones.La historia nos demuestra que la cuestión de Dios jamás podrá ser silenciada y que la indiferencia respecto a la dimensión religiosa de la existencia humana termina por disminuir y traicionar al hombre mismo.
Y es que, como enseña el Vaticano II, sólo en Cristo, Verbo Encarnado, logramos comprender la grandeza de nuestra humanidad, el misterio de nuestra existencia en la tierra y el sublime destino que nos guarda en la vida eterna(cf GS,24).
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