viernes, 19 de noviembre de 2010

Textos de Juan Pablo II sobre la confesión

<<Tened presente que todavía esta vigente y lo estará por siempre en la iglesia la necesidad de la confesión integra de los pecados mortales y la norma en virtud de la cual par la recepción digan de la Eucaristía debe preceder la confesión de lo pecados, cuando uno es consiente del pecado mortal>>. (Discurso, 30.1.81)
<<Por la bondad misericordiosa de Dios, cuantos se acercan al confesionario encuentran la alegría y la serenidad de la conciencia, que fuera de la Confesión no podían encontrar en otra parte>>. (Homilía 16.11.80)
<<Por lo tanto, para un cristiano, el Sacramente de la Penitencia es el camino ordinario para obtener el perdón y la remisión de sus pecados graves cometidos después del Bautismo>>. (Reconciliación y Penitencia, n. 31)
<<Tened pues la valentía del arrepentimiento y tened también la valentía de alcanzar la gracia de Dios por la confesión sacramental. Esto os hará libres! Os dará la fuerza que necesitáis para las empresas que os esperan, en la sociedad y en la Iglesia, al servicio de los hombres>>. (Homilía 17. XI.80)
<<Purificad vuestros corazones en el Sacramento de la Reconciliación. Mienten quienes acusan la invitación de la Iglesia ala penitencia, como si proviniera de una mentalidad <<represiva>>. La Confesión Sacramental no constituye una represión, sino una libración. No hace surgir sentimientos de culpa, sino que borra la culpa, elimina el mal cometido, y da la gracia del perdón>>. (Homilía 5.VI.79)
<<Como sabéis, no se puede recurrir a la absolución general mas que en circunstancias muy excepcionales. Además, la absolución colectiva no dispensa de la posterior confesión individual y completa de las faltas graves>>. (Alocución, 1.IV.82)

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